“Debido a las dificultades de los jóvenes para encontrar trabajo y planificar su vida en común, la edad media para tener hijos se ha elevado hasta los 55 años. Gracias a diferentes técnicas de fertilización, a la insólita adaptación y resistencia del cuerpo femenino a esta nueva situación y a toda una serie de variables aún por determinar científicamente, se han alcanzado modelos de gestación inimaginables pocas décadas antes. Como consecuencia de todo este proceso,  se ha generado una mutación en el ser humano que ha desbaratado todos los planes educativos desarrollados hasta la fecha, y ha obligado a una revisión radical de todas las teorías pedagógicas..."